viernes, 3 de mayo de 2013

Riachuelo – Se aproxima nueva audiencia judicial.


El 15 de mayo se espera la nueva audiencia sobre el Riachuelo, convocada por el juez federal Sergio Torres, uno de los designados para reemplazar a Luis Armella, acusado por prácticas corruptas en la contratación de las obras que él mismo exigía que se realizasen sobre la cuenca.
Torres hizo la convocatoria con una finalidad clara: revisar todo lo actuado en la era Armella. Esto quiere decir que tanto la Autoridad de Cuenca Matanza- Riachuelo (Acumar) como las empresas a las que se derivaba dinero para eludir las licitaciones en la contratación de obras (Ceamse, por ejemplo), deberán explicar qué pasó en estos cinco años.
De allí, supuestamente, saldrá el veredicto acerca de la responsabilidad de cada uno (además del imprescindible inicio de una causa judicial contra Armella), y la explicación sobre por qué los avances en el proceso de saneamiento del Riachuelo no fueron tales. Armella, no obstante, sigue sin ser procesado.
En el blog “Proyecto Riachuelo” se señala que “el desplazado juez federal de Quilmes Luís Armella está muy cerca de delitos de enriquecimiento ilícito y estafas varias. La sociedad toda espera el juicio político y la destitución del magistrado. Se lo acusa de vincularse con un grupo de empresas que consiguieron contratos millonarios sin licitación alguna”.


Dichas empresas estaban formadas por su esposa, su suegro y otros familiares. Pese a que la Auditoría General de la Nación (AGN) comprobó  la veracidad de las acusaciones contra Armella, originadas en una nota periodística de Verbitsky, el juez parece seguir teniendo protección de la familia judicial y de la oposición política que, curiosamente, no ha pedido su destitución.
Hoy, debido a la destitución de Armella, el saneamiento del Riachuelo está detenido.
Nadie quiere firmar un papel con el riesgo de que se lo considere cómplice o partícipe necesario de los enjuagues del juez Armella. Además, el dinero comprometido para el ejercicio 2012-2013 no está en su totalidad: la provincia de Buenos Aires propuso bonos que no fueron aceptados y la ciudad rehúye de disponer de lo que se comprometió a la hora de participar de Acumar.
En este panorama, el secretario de Medio Ambiente Juan José Mussi se permitió un acto de “optimismo”. En un acto en Avellaneda a fines del mes pasado, se permitió decir que: "si seguimos trabajando con todas nuestras fuerzas, y si se cumplen todos los plazos establecidos, en 2016 el Riachuelo debe estar saneado en lo que se refiere a vuelcos industriales, vuelcos cloacales y residuos sólidos domiciliarios”.
Resulta sorprendente semejante manifestación, ya que todos los plazos comprometidos en las obras según el cronograma impuesto desde la sentencia de la Corte en 2008 están vencidos y hasta debieron imponerse multas y sanciones justamente por no cumplir con lo determinado en los tiempos del proceso de saneamiento.

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