Un equipo de arqueólogos dirigido por los doctores Daniel Loponte y Alejandro Acosta, investigadores del Conicet en el Centro de Registro Arqueológico, que depende de la Dirección de Patrimonio Cultural bonaerense, después de trabajar cuatro meses, en un predio de Escobar, en el cual EIDICO, construirá el barrio privado San Matías, descubrió una nueva reserva arqueológica. Los restos que fueron ubicados a 5 kilómetros del centro de Escobar, están compuestos por aproximadamente 10.000 piezas, que pertenecieron a los primeros pobladores del norte bonaerense y que vivieron allí hace 2.500 a 3000 años.
Los arqueólogos que realizaron el estudio encargado por la firma Eidico, se toparon con restos de cerámicas, herramientas y huesos de animales que dan cuenta de la buena elección del asentamiento, en función de la riqueza de recursos. A una profundidad de entre un metro y 1,5 metros, rescataron instrumentos de piedra, del tipo cuchillo, para cazar y procesar presas y raspadores para limpiar los cueros.
Foto: Clarín.com |
Entre ellos había huesos con cortes y fracturas, vestigios de que fueron cocidos. Se trata de huesos de guanacos, ciervos de los pantanos, venados de las pampas y nutrias. También se encontraron restos de cerámica correspondientes a escudillas para cocinar y recipientes para almacenar alimentos. Otros restos correspondieron a formas tubulares, abiertas arriba y en la base, por lo que se cree que tuvieron un uso simbólico.
Se hallaron además manos de morteros, que pudieron haber molido carne seca, o semillas para hacer harina. Algunas de las herramientas, están hechas con trozos de rocas predominantes en Tandil o Sierra de la Ventana, y otras de El Palmar.
Mientras en el laboratorio del Instituto Nacional de Antropología se analizan las piezas, con colaboración de pasantes de Arqueología de la UBA, Loponte planea una nueva excavación, aunque no para extraer todo, sino una muestra. Después, la reserva, de la cual será preservada una parcela de 50 x50 metros, será nuevamente cubierta.
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Muchos de los barrios náuticos construidos en el delta destruyeron sitios arqueológicos de miles de años de antigüedad que contenían enterratorios humanos, instrumentos realizados en diferentes tipos de rocas, alfarería, huesos y restos de la fauna que habitaba en el pasado, con anterioridad a la llegada del colonizador europeo.
Estos emprendimientos privados, cuyas obras de construcción del suelo, se realizaron en su gran mayoría en forma clandestina e ilegal, no sólo obstaculizaron la debida preservación de los sitios arqueológicos, sino que además generaron un grave impacto ambiental en la zona, ya que para construir los complejos cerrados en tierras inundables, fue necesario rellenar y elevar el terreno, desviando los canales de agua, creando lagunas artificiales y produciendo graves daños ambientales, de los cuales hasta el momento, no se ha iniciado su debida evaluación.
De Ricardo Barbieri para el Tigre Verde.
Fuente: http://www.clarin.com
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