viernes, 22 de febrero de 2013

Colapso del sarcófago de Chernóbil.


Una de las paredes que protegen el reactor N4 de la central de Chernóbil se ha derrumbado, junto con parte del tejado, según informa la televisión rusa. El área de material destruido es de unos 600 metros cuadrados.

Una de las paredes y parte del tejado del sarcófago que cubre el reactor N4 de la central nuclear de Chernóbil se han derrumbado, según ha informado el canal televisivo 'Russia Today'.
Las autoridades ucranianas han explicado que el accidente se produjo en una sala no operativa de aparatos que, antes de la catástrofe nuclear de 1986, servían para controlar el suministro de energía a los reactores de la central. Asimismo, han declarado que no se trata de una situación de emergencia.
También han explicado que el sarcófago ha impedido durante más de 25 años la propagación de la radiación y que dicho accidente no ha afectado a su capacidad protectora. No obstante, los expertos insisten, desde hace tiempo, en que el sarcófago actual ya no es un sistema eficaz.




Los encargados de llevar a cabo las labores de limpieza han precisado que el derrumbe se debió a la acumulación excesiva de nieve en el tejado de la sala, al tiempo que han subrayado que no se registró un aumento del nivel de radiación en la zona.
El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo financia la construcción de un nuevo sarcófago, valorado en más de 300 millones de euros en su inicio, pero que puede rondar los 1000 millones. Se trata de un arco gigantesco de acero que pesa más de 20.000 toneladas. Y tendrá unas dimensiones de 257 metros de largo, por 150 de ancho y 108 de alto. Según los planes iniciales, este sarcófago debería haberse terminado en 2010, pero ahora se espera que las obras terminaran hacia 2018.
Para Ecologistas en Acción buena parte del mundo sigue subestimando el peligro nuclear y se pliega a los intereses de este grupo de presión que antepone la obtención de beneficios económicos a cualquier otra consideración. Los accidentes nucleares producidos y los riesgos que todavía persisten deberían ser suficientes para convencernos de que lo mejor es abandonar la tecnología nuclear.


No hay comentarios: