El día 7 marzo fueron votadas, en el Honorable Concejo
Deliberante de Tigre, tres ordenanzas específicas para la Primera Sección de
Islas del Delta. La “Normativa de construcción” generó el rechazo de la
comunidad isleña por ser restrictiva y poner en peligro las fuentes de trabajo.
Las dos primeras ordenanzas denominadas “Plan de manejo
ambiental” y de “Ordenamiento Territorial” tuvieron consenso por parte de todos
los concejales e isleños. La tercera de las ordenanzas fue rechazada por la
comunidad al entenderse que no se convocó a los vecinos para su redacción, ni
se presentaron las instancias de participación adecuadas para tan importante
reglamentación.
De esta forma la ordenanza que regula las cuestiones de
construcción, tiene fines recaudatorios y presenta un gran impedimento para el
desarrollo de los isleños ya asentados en las islas. Las exigencias comprometen
seriamente a las fuentes de trabajo locales, que adquirieron sus conocimientos
de generación en generación, interponiendo arquitectos, técnicos, pago de
estudios y gran cantidad de reglamentos a los que no estamos
acostumbrados y resultan imposibles de cumplir.
De ahora en más se impiden las construcciones en cemento
(se debe priorizar la madera en un 60 por ciento), las estacadas lisas para
proteger las costas, la poda o desmonte siendo, sobre todo, esto último
impracticable ya que a los isleños se les viene el monte encima si no es
controlado. Además prohíbe las demoliciones sin previo aviso y sus escombros
resultantes deben ser retirados del Partido de Tigre. Por otra parte
obliga a los residentes a iluminar los muelles, a realizar un camino costero y,
para la construcción de viviendas, se exige un certificado de aptitud de la fuente
de provisión de agua hecho por un técnico.
Las casas que ya se encuentran construidas deben ser
sometidas a una “Revisión Técnica” periódica realizada por el municipio para
controlar la seguridad de las mismas, cosa que resulta inédita. Para todos
estos trámites se deberán pagar los consiguientes sellados y permisos. Éstos
son algunos solamente algunos de los puntos preocupantes pero hay más.
Entendiendo que en las islas de Tigre la autoconstrucción
es la actividad más común entre la gente y que la actividad regional se basa,
entre otras cosas, en el trabajos de los albañiles y carpinteros, vemos con
preocupación la puesta en marcha de la normativa.
Por todo esto es que los vecinos provenientes de diversos
ríos y arroyos (Abra Vieja,
Capitán, Santa Rosa, Angostura, Esperita, Cruz Colorada, Reyes, Carapachay,
Gaviotas, Rama Negra, Sarmiento, etc.) han empezado a reunirse para redactar un pedido de audiencia al
intendente Sergio Massa para que dé explicaciones acerca de cómo vamos a ser
afectados por la ordenanza que viene a cambiar nuestra forma de vida que lleva
más de ciento cincuenta años. En
el texto se resalta que los habitantes de las islas del Delta de Tigre no
fueron consultados ni convocados en la medida de la importancia que tiene la
sanción de una norma de la cual somos depositarios directos.
Prensa “Vecinos del Delta”
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