La Fiscalía y la Aduana brasileña investigan el destino de seis contenedores de residuos plásticos que salieron de Valencia el pasado 23 de julio y que habían sido importados por una empresa de Farroupilha, en Rio Grande do Soul.
La Aduana de Brasil y los servicios sanitarios de este país han intervenido e inmovilizado en el puerto de Itajaí 60 toneladas de residuos plásticos almacenados en seis contenedores que habían sido embarcados en el puerto de Valencia el pasado 23 de julio. La Fiscalía de este país investiga ahora el destino de los residuos que supuestamente deberían ser derivados al reciclaje, aunque las autoridades brasileñas creen que los plásticos iban dirigidos a alguno de los "depósitos sanitarios"-vertederos- situados en la localidad de Farroupilha, en el estado de Rio Grande do Soul, donde tiene su sede la empresa importadora.
Una investigación iniciada como consecuencia de la pestilencia que desprendían los contenedores, ha permitido descubrir la existencia de un tráfico irregular de residuos procedentes de Europa y con destino al país sudamericano.
En el caso de los contenedores embarcados en Valencia, los residuos han seguido un largo periplo de miles de kilómetros a través de los puertos de Livorno, Vado Ligure, Lisboa, Génova, Barcelona, Rio de Janeiro, Santos, Buenos Aires y Montevideo antes de acabar en Itajaí, uno de los principales puertos de Brasil.
El material había sido importado por una empresa de Farroupilha a través de una importadora uruguaya, cuyo nombre no ha trascendido. Las autoridades brasileñas no han confirmado tampoco quien es el "exportador" de los residuos. Sin embargo, miembros de la aduana brasileña subrayaron la presencia en los residuos de etiquetas identificativas de Ecoembes, el Sistema Integrado de Gestión (SIG) responsable de gestionar los envases y embalajes mediante acuerdos con las comunidades autónomas y los municipios.
Ayer fue imposible contactar con los representantes de esta empresa, su centralita cortaba todas las llamadas, que tiene un convenio firmado con la Generalitat Valenciana y que opera a través de plantas de reciclaje privadas situadas en Alzira, Castelló, Elx, y Picassent.
"Moho, babosas y moscas"
La "Receita Federal", equivalente a la Administración de Aduanas, intervino el pasado 23 de agosto seis contenedores depositados en el puerto de Itajaí, a donde habían llegado procedentes de Valencia tras hacer escala en otros ocho puertos.
Según la Aduana del Puerto de Itajaí, el material podía tener un destino lícito si realmente estuviera destinado al reciclaje. Sin embargo, las balas de plástico PET con las que estaba identificada la carga no reunían las mínimas condiciones sanitarias. Según informaciones de prensa en Brasil, la pestilencia de los contenedores hizo que fueran separados del resto de la carga e inspeccionados más tarde.
Un informe elaborado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) declaró que el material identificado como el plástico de desecho para reciclaje tenía "moho, babosas y moscas" y su reciclado, según estas fuentes, era "inviable". Una vez asimilado a basura su importación es considerada ilegal en Brasil.
La basura volverá a Valencia
Ahora, la "Receita", en colaboración con Anvisa y el "Instituto Brasileiro do Meio Ambiente e dos Recursos Naturais Renováveis (Ibama)", colaboran para expedientar a la empresa que compró la basura en Brasil, por un presunto delito contra la salud y el medio ambiente. La sanción podría ascender a 2 millones de reales (860.000 euros).
Por otra parte, las autoridades brasileñas han confirmado las gestiones para la devolución de la carga a España, presumiblemente a Valencia, "lo más pronto posible".
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