Los diez puntos de Médicos y Científicos por una Aplicación Responsable de la Ciencia y la Tecnología
1. La ingeniería genética es algo fundamentalmente diferente de la crianza tradicional mediante cruces y selección. La inserción artificial de genes ajenos representa una alteración traumática del riguroso control genético que existe en las células normales. Es algo de naturaleza completamente diferente a la combinación de cromosomas maternos y paternos que se da en el apareamiento natural.
2. La ingeniería genética actual es técnicamente primitiva, ya que resulta imposible guiar con exactitud la inserción del nuevo gen. Por ello es imposible prever los efectos del transgén insertado. Pero incluso cuando la posición del transgén se puede localizar a posteriori, el conocimiento actual del ADN es demasiado incompleto como para poder predecir los resultados de la manipulación.
3. Se pueden generar sustancias peligrosas de modo impredecible con la inserción artificial de un nuevo gen. En el peor de los casos, tales sustancias pueden ser tóxicas, alergénicas o dañinas para la salud de alguna otra manera. El conocimiento que hoy poseemos sobre tales riesgos es muy incompleto.
4. No hay métodos de evaluación de la seguridad en los que se pueda confiar plenamente. En el caso de los nuevos medicamentos, y a pesar de una evaluación de la seguridad muy rigurosa, en más del 10% de los casos no es posible detectar de antemano efectos colaterales graves. El riesgo de no detectar una propiedad peligrosa de un nuevo alimento obtenido por manipulación genética seguramente es mayor que en el caso de los medicamentos.
5. Las normas actuales para la evaluación de la seguridad son gravemente inadecuadas. Se han diseñado explícitamente para simplificar los trámites de aprobación. Aceptan pruebas de seguridad muy poco sensibles. Por ello, existe un riesgo considerable de que alimentos dañinos para la salud no sean detectados.
6. Los alimentos de ingeniería genética desarrollados hasta ahora no poseen un valor significativo para la humanidad. Estos productos, en su inmensa mayoría, sólo satisfacen intereses puramente comerciales de los fabricantes.
7. Muy incompleto es nuestro conocimiento sobre los efectos ecológicos de liberar al medio ambiente organismos manipulados genéticamente. No se ha probado en positivo que tales organismos no puedan causar daño ambiental. Ecólogos expertos han llamado la atención sobre varias complicaciones ecológicas posibles. Por ejemplo, hay muchas vías para la contaminación genética incontrolada mediante transgenes potencialmente peligrosos, incluyendo la transferencia de genes mediante bacterias y virus. La mayoría de las complicaciones ecológicas probablemente serán irreparables, ya que los genes diseminados no pueden recuperarse luego.
8. Pueden surgir nuevos virus potencialmente peligrosos. Se ha demostrado experimentalmente que los genes virales insertados pueden unirse con genes de virus que infecten las células huésped (la llamada recombinación). Tales virus nuevos pueden ser más agresivos que los originales. Los virus también pueden volverse menos específicos respecto a especies determinadas. Por ejemplo, un virus de plantas podría volverse dañino para insectos valiosos, animales o seres humanos.
4. No hay métodos de evaluación de la seguridad en los que se pueda confiar plenamente. En el caso de los nuevos medicamentos, y a pesar de una evaluación de la seguridad muy rigurosa, en más del 10% de los casos no es posible detectar de antemano efectos colaterales graves. El riesgo de no detectar una propiedad peligrosa de un nuevo alimento obtenido por manipulación genética seguramente es mayor que en el caso de los medicamentos.
5. Las normas actuales para la evaluación de la seguridad son gravemente inadecuadas. Se han diseñado explícitamente para simplificar los trámites de aprobación. Aceptan pruebas de seguridad muy poco sensibles. Por ello, existe un riesgo considerable de que alimentos dañinos para la salud no sean detectados.
6. Los alimentos de ingeniería genética desarrollados hasta ahora no poseen un valor significativo para la humanidad. Estos productos, en su inmensa mayoría, sólo satisfacen intereses puramente comerciales de los fabricantes.
7. Muy incompleto es nuestro conocimiento sobre los efectos ecológicos de liberar al medio ambiente organismos manipulados genéticamente. No se ha probado en positivo que tales organismos no puedan causar daño ambiental. Ecólogos expertos han llamado la atención sobre varias complicaciones ecológicas posibles. Por ejemplo, hay muchas vías para la contaminación genética incontrolada mediante transgenes potencialmente peligrosos, incluyendo la transferencia de genes mediante bacterias y virus. La mayoría de las complicaciones ecológicas probablemente serán irreparables, ya que los genes diseminados no pueden recuperarse luego.
8. Pueden surgir nuevos virus potencialmente peligrosos. Se ha demostrado experimentalmente que los genes virales insertados pueden unirse con genes de virus que infecten las células huésped (la llamada recombinación). Tales virus nuevos pueden ser más agresivos que los originales. Los virus también pueden volverse menos específicos respecto a especies determinadas. Por ejemplo, un virus de plantas podría volverse dañino para insectos valiosos, animales o seres humanos.
9. El conocimiento de la molécula de la herencia, el ADN, es muy limitado. Sólo se conoce la función de aproximadamente el 3% del ADN. Resulta arriesgado manipular sistemas complicados que sólo se conocen de forma incompleta. Una amplia experiencia en el ámbito de la biología, la ecología y la medicina enseña que esto puede desembocar en perturbaciones y problemas graves e inesperados.
10. La ingeniería genética no ayudará a resolver el problema del hambre en el mundo. La pretensión de que la ingeniería genética puede contribuir de forma significativa a reducir el hambre en el mundo es un mito sin respaldo científico, creado para modificar en sentido favorable las actitudes de la gente hacia la ingeniería genética.
Referencia: http://www.psrast.org/indexgen.htm
10. La ingeniería genética no ayudará a resolver el problema del hambre en el mundo. La pretensión de que la ingeniería genética puede contribuir de forma significativa a reducir el hambre en el mundo es un mito sin respaldo científico, creado para modificar en sentido favorable las actitudes de la gente hacia la ingeniería genética.
Referencia: http://www.psrast.org/indexgen.htm
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