La japonesa Tepco, operadora de la averiada planta nuclear
de “Fukushima 1”, evalúa en 30 billones de becquereles la concentración de
materiales radiactivos que podrían haberse derramado al Pacífico desde el
accidente de marzo de 2011.
Un informe que se hizo público la víspera menciona 20
billones de becquereles de cesio y 10 billones de becquereles de estroncio.
La cifra, que podría ir en aumento por la continua
filtración de agua contaminada, supera con creces el límite anual de 220.000
millones de becquereles previsto para el funcionamiento normal de esta planta
nuclear.
Se ha descubierto que
un tanque de almacenamiento de agua en “Fukushima 1” había perdido más de 300
toneladas de líquido radiactivo, capaz de llegar al océano a través del sistema
de drenaje.
Para encontrar la fuente del derrame, el personal trasvasó
las restantes 700 toneladas a otro tanque de acero, uno de los casi 350 que hay
en el recinto de la planta.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)
reconoció que observa con seriedad la evolución de los acontecimientos en “Fukushima
1” y está dispuesto a proporcionar asistencia a Japón, si es necesario.
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