Se ha demostrado que en la ciudad de Mercedes, el Río Luján, presenta uno de los mayores porcentajes de contaminación. La basura ya es parte de la geografía de la zona y nadie se encarga de revertir la situación.
El río lujan es uno de los mayores cursos fluviales de la Provincia de Buenos Aires. Nace en el partido de Suipacha, de la unión de dos arroyos, “El durazno” y “Los leones”.
A partir de allí recorre las localidades de Mercedes, Luján, Pilar, Exaltación de la Cruz, Escobar, Campana, Tigre y San Fernando, desembocando en el Río de la Plata. Sus aguas recorren 128 kilómetros y posee diferentes arroyos. También, está comunicado con ríos importantes como el Reconquista y el Paraná de las Palmas.
Frente a la importancia y riqueza de este afluente, varias empresas, en su mayoría textiles, se han instalado a su margen provocando serios problemas de contaminación. A esto se suman los mataderos, frigoríficos, plantas de lácteos y demás empresas que se asentaron sobre los cientos de kilómetros que recorre el río.
Considerando estas irregularidades y que la contaminación del río crece exponencialmente, en 2004 la Cámara Civil de Mercedes, Sala 2ª, dictó un fallo en defensa del Río Luján, advirtiendo gravemente sobre el vertido de aguas residuales de naturaleza cloacal e industrial, teniendo en cuenta que han colapsado las plantas de tratamiento de efluentes cloacales en todo el país y la irresponsabilidad del sector industria. Sin embargo, esto no parece resolver las anomalías.
La Corte Suprema de Justicia ha probado en 2008 que, en la ciudad de Mercedes, la instalación de la Planta Depuradora de efluentes no soluciona los problemas ambientales pues se requiere la ampliación de las redes cloacales, que los desechos de la red cloacal de la ciudad son descargados sin tratar al curso del Río Luján a través de los canales pluviales y los análisis microbiológicos acreditan presencia de compuestos orgánicos e importante carga microbiana contaminado el río Luján y la atmósfera, entre otras evidencias.
Pese a las sanciones y la preocupación de los vecinos, las aguas siguen afectadas y, a simple vista, nadie se encarga de los residuos tóxicos. Sólo hace falta mirar el río para dar fe de esto.
En el parque municipal Independencia, la basura se acumula en las ramas, puentes, pasarelas y todos aquellos elementos que actúan como una suerte de colador que deja pasar el agua reteniendo lo que no deberían estar allí.
En las agua del afluente se baña gente, aunque esto esté prohibido; tiran residuos, aunque carteles indiquen lo contrario; se vierten residuos industriales, aunque la corte aplique sanciones. Se necesita un ente regulador que actúe con precisión para hacer cumplir las normas establecidas. Pareciera que el Código de Aguas, la Ley de Protección a las Fuentes de Provisión y a los Cursos y Cuerpos Receptores de Agua y a la Atmósfera, La Ley de Protección de los Recursos Naturales y del Ambiente y demás normas jurídicas se las ha llevado el agua.
Imprudencia, falta de conciencia ambiental, escasez de políticas de medio ambiente, negocios turbios, intereses empresariales; todas esas razones ayudan a que la situación empeore.
La población debe tomar conciencia que ese recurso tan vital que está siendo corrompido es parte de la vida de todos. Como ciudadanos, corresponde exigir que el río se depure y que el agua que tomamos día a día cumpla con las reglas de salubridad correspondientes.
El Río Luján pide ayuda y alguien debe hacer algo por él.
Referencia: http://soyunamandragora.blogspot.com
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