En la Argentina, el 3% de las explotaciones agropecuarias produce el 70% de la soja. Hay 17 millones de hectáreas en manos de extranjeros y el 1,3% de las grandes estancias y empresas posee el 50% de las tierras. Los Censos Nacionales Agropecuarios, muestran que entre los años 1988 y 2002 en nuestro país, desaparecieron 103.405 explotaciones (24.5 %) y la superficie promedio de las unidades productivas, se elevó de 421 a 538 hectáreas.
Al margen de la venta declarada de certificados, en la Oncca aseguran que en el mercado negro se venden unos 300 mil formularios por año, lo que equivale aproximadamente a 9 millones de toneladas de granos no declarados.
El Estado deja de percibir alrededor de 62 millones de dólares por año a causa del comercio ilegal de semillas de soja y de trigo. En el año 2003, el 3% de la cosecha de soja habría sido robada. Efectivamente, en ese año unas 954.000 toneladas de la cosecha total de la oleaginosa (un 3% de 31,8 millones de toneladas) habrían sido robadas por piratas del asfalto.
La expansión de la soja, representa una poderosa amenaza sobre la biodiversidad en la Argentina. Entre 2002 y 2006 las provincias del Chaco, Córdoba, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán, perdieron 660 mil hectáreas de bosques nativos como consecuencia directa del avance del cultivo de soja. Son 821 hectáreas de bosque perdidos por día en el país, con una preocupante media de 34 hectáreas por hora.
Al margen de la venta declarada de certificados, en la Oncca aseguran que en el mercado negro se venden unos 300 mil formularios por año, lo que equivale aproximadamente a 9 millones de toneladas de granos no declarados.
El Estado deja de percibir alrededor de 62 millones de dólares por año a causa del comercio ilegal de semillas de soja y de trigo. En el año 2003, el 3% de la cosecha de soja habría sido robada. Efectivamente, en ese año unas 954.000 toneladas de la cosecha total de la oleaginosa (un 3% de 31,8 millones de toneladas) habrían sido robadas por piratas del asfalto.
La expansión de la soja, representa una poderosa amenaza sobre la biodiversidad en la Argentina. Entre 2002 y 2006 las provincias del Chaco, Córdoba, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán, perdieron 660 mil hectáreas de bosques nativos como consecuencia directa del avance del cultivo de soja. Son 821 hectáreas de bosque perdidos por día en el país, con una preocupante media de 34 hectáreas por hora.
La deforestación de los bosques argentinos, entre 2002 y 2006, creció cerca del 42% en relación a un mismo período de cuatro años entre 1998 y 2002. La región de Salta (noroeste del país) registra la destrucción más acelerada, con la desaparición de un área de bosque de 414.934 hectáreas, deforestación de un 113,45% superior al constatado entre 1998 y 2002.
En la provincia de Santiago del Estero (centro del país), se encuentra el mayor número de vegetación destruida: 515.228 hectáreas en cuatro años, lo que significa 71,61% de deforestación más entre 2002 y 2006, que entre 1998 y 2002. La destrucción del medioambiente, se realizó a un ritmo seis veces mayor que la media mundial.
En el delta del Paraná, un humedal de 1.700.000 hectáreas, en el mes de abril de 2008, se incendió premeditadamente entre el 7% y el 8% de todo este ecosistema. Esta área, representa el espacio que han decidido ganar para el cultivo de la soja, en detrimento de la producción ganadera. Llegaron a incendiarse intencionalmente 292 pastizales a la vez. En menos de un mes las hectáreas afectadas por el incendio, fueron 70.000, lo que equivale a tres veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires.
La superficie de siembra estimada para 2008, es de 30,2 millones de hectáreas. De ellas, 16,6 millones serán sembradas de soja. Esto significa que la soja ya cubre el 54 por ciento del área sembrada. El área total creció cuatro millones de hectáreas y la de soja 11.
La superficie cultivada de algodón disminuyó un 83%, la del arroz un 44.5%, la del maíz un 25,5%, la del girasol un 23.8% y la del trigo un 14.5%. Efectivamente, el trigo hace una década, ocupaba 7,3 millones de hectáreas; hoy, sólo 5,6 millones. Por ese entonces se producían 15,9 millones de toneladas de trigo al año, en 2007, a pesar del enorme aumento de la productividad, la producción cayó a 14,5 millones. El girasol, Hace diez años ocupaba 4,2 millones de hectáreas, en la actualidad apenas 2,3 millones. La producción cayó de 7,1 a 3,5 millones de toneladas.
En la provincia de Santiago del Estero (centro del país), se encuentra el mayor número de vegetación destruida: 515.228 hectáreas en cuatro años, lo que significa 71,61% de deforestación más entre 2002 y 2006, que entre 1998 y 2002. La destrucción del medioambiente, se realizó a un ritmo seis veces mayor que la media mundial.
En el delta del Paraná, un humedal de 1.700.000 hectáreas, en el mes de abril de 2008, se incendió premeditadamente entre el 7% y el 8% de todo este ecosistema. Esta área, representa el espacio que han decidido ganar para el cultivo de la soja, en detrimento de la producción ganadera. Llegaron a incendiarse intencionalmente 292 pastizales a la vez. En menos de un mes las hectáreas afectadas por el incendio, fueron 70.000, lo que equivale a tres veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires.
La superficie de siembra estimada para 2008, es de 30,2 millones de hectáreas. De ellas, 16,6 millones serán sembradas de soja. Esto significa que la soja ya cubre el 54 por ciento del área sembrada. El área total creció cuatro millones de hectáreas y la de soja 11.
La superficie cultivada de algodón disminuyó un 83%, la del arroz un 44.5%, la del maíz un 25,5%, la del girasol un 23.8% y la del trigo un 14.5%. Efectivamente, el trigo hace una década, ocupaba 7,3 millones de hectáreas; hoy, sólo 5,6 millones. Por ese entonces se producían 15,9 millones de toneladas de trigo al año, en 2007, a pesar del enorme aumento de la productividad, la producción cayó a 14,5 millones. El girasol, Hace diez años ocupaba 4,2 millones de hectáreas, en la actualidad apenas 2,3 millones. La producción cayó de 7,1 a 3,5 millones de toneladas.
El arroz, llegó a ocupar 290 mil hectáreas hace una década en provincias en las que jamás habían visto un poroto de soja; entre ellas, Ente Ríos, epicentro del conflicto del campo. En 2007 sólo se sembraron 168 mil hectáreas. El resultado fue que de 1,7 millón de toneladas de producción se cayó a 1,0 millón.
La avena, hace diez años ocupaba 177 mil hectáreas; en 2007, sólo 66 mil. Su producción cayó en ese lapso de 555 a 242 mil toneladas. El centeno, en sólo diez años su producción cayó de 120 mil a 54 mil toneladas y para 2008 se esperan menos de 40 mil.
Se redujeron en un 80 por ciento las plantaciones de hortalizas en zonas emblemáticas, como La Plata y Florencio Varela. Así, por ejemplo, las hortalizas de hoja perdieron la mitad de la superficie que ocupaban. Las hortalizas y frutas, cedieron 200 mil hectáreas.
En la campaña 2004/05 las aplicaciones con glifosato alcanzaron los 160 millones de litros, y se espera un incremento aún mayor en el uso de este herbicida, a medida que las malezas comiencen a tornarse tolerantes al mismo y se sigan ampliando las áreas de siembra.La producción continua de soja implicó la extracción, sólo en el año 2003, de casi un millón de toneladas de nitrógeno y alrededor de 227.000 de fósforo, nutrientes considerados esenciales para el crecimiento, desarrollo y rendimiento de los cultivos. Sólo para reponer esos dos elementos, en su equivalente de fertilizantes comerciales, se necesitarían unos 910 millones de dólares.
La avena, hace diez años ocupaba 177 mil hectáreas; en 2007, sólo 66 mil. Su producción cayó en ese lapso de 555 a 242 mil toneladas. El centeno, en sólo diez años su producción cayó de 120 mil a 54 mil toneladas y para 2008 se esperan menos de 40 mil.
Se redujeron en un 80 por ciento las plantaciones de hortalizas en zonas emblemáticas, como La Plata y Florencio Varela. Así, por ejemplo, las hortalizas de hoja perdieron la mitad de la superficie que ocupaban. Las hortalizas y frutas, cedieron 200 mil hectáreas.
En la campaña 2004/05 las aplicaciones con glifosato alcanzaron los 160 millones de litros, y se espera un incremento aún mayor en el uso de este herbicida, a medida que las malezas comiencen a tornarse tolerantes al mismo y se sigan ampliando las áreas de siembra.La producción continua de soja implicó la extracción, sólo en el año 2003, de casi un millón de toneladas de nitrógeno y alrededor de 227.000 de fósforo, nutrientes considerados esenciales para el crecimiento, desarrollo y rendimiento de los cultivos. Sólo para reponer esos dos elementos, en su equivalente de fertilizantes comerciales, se necesitarían unos 910 millones de dólares.
1 comentario:
El artículo es muy interesante, me gustaría saber de donde sale el dato de que el 3% de las explotaciones produce el 70 % de la soja, ya que viendo las tablas del CNA que publicó el Indec no es posible obtener la información. Gracias.
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