Ganaderos y empresas privadas "continúan construyendo
terraplenes ilegales" en las islas ubicadas en el delta medio del río
Paraná, provocando "graves daños ambientales a los humedales de la
zona", según denunció el grupo ecologista de Rosario "El Paraná no se
Toca".
Según documentos aportados a Télam por esa entidad
ambientalista "pese a todas las denuncias y advertencias, la construcción
de terraplenes en los humedales del delta medio del río Paraná, por parte de
estancieros y empresas propietarias no se detiene", por lo que exigieron
una "urgente regulación oficial".
Los denunciantes señalaron que ganaderos y empresas dueñas
de estancias, levantan terraplenes para convertir al humedal en terrenos aptos
destinados a multiplicar las cabezas de sus haciendas. "Buscan convertir a
las islas del Delta del Paraná en campos para ganadería y cultivos".
De acuerdo a la explicación de los especialistas de “El
Paraná no se Toca”, debido a la intensificación de las actividades
económico-productivas en las islas del Paraná, “ha proliferado la modalidad de
terraplenamiento y drenado de lagunas a los efectos de aumentar la superficie
de pastoreo”.
"Los cortes de cursos de agua, endicamientos y
terraplenamiento, alteran los patrones naturales de drenaje, produciendo
cambios significativos en la topografía de las islas que conducen a la pérdida
de la conectividad entre el cauce principal del río con las lagunas interiores,
afectando por lo tanto la gran variedad de servicios ecosistémicos que dependen
de estas funciones", detalla la entidad ecologista.
No obstante las denuncias que viene efectuando desde hace
dos años, ésa y otras organizaciones ambientalistas, "cada vez hay más
terraplenes, algunos están intactos pese a que sus dueños fueron intimados a
que los destruyan".
"Por lo menos hay veinte endicamientos en la zona, pese
a las denuncias formuladas ante estamentos municipales, provinciales y
nacionales", señaló la bióloga de esa entidad ecologista, Cynthia
Caballero, quien lamentó los perjuicios que ocasionan esos terraplenes a la
biodiversidad en esa área.
Dijo que uno de los terraplenes más importantes denunciados
hace dos años por “El Paraná no se Toca” es el que construyó el ganadero
entrerriano Enzo Mariani. El terraplén tiene dos metros de altura, cinco de
ancho y 12 kilómetros de largo, y está emplazado en pleno humedal de las islas
del río Paraná.
"Pese a las denuncias e intimaciones, ese endicamiento,
que provoca graves daños a la biodiversidad, todavía está intacto. Ha dejado
seco el cauce de un arroyo navegable y el de una laguna, a la vez que impide el
acceso a un cementerio aborigen situado en la zona", comentó la bióloga
rosarina.
Denuncio que el ganadero Mariani “continúa alterando los
suelos y la flora del humedal”. Hay imágenes satelitales en las que se ve con
claridad el trabajo que está haciendo con maquinarias sobre el suelo.
Desconocemos qué tipo de trabajos hace, y qué impacto podría tener sobre el
humedal", subrayó la especialista.
Otro importante terraplenamiento denunciado recientemente por
El Paraná no se Toca “es el que realiza la empresa holandesa Bema Agri, en la
isla entrerriana de Itapé, en pleno Delta del Paraná, frente a la ciudad santafesina
de Villa Constitución”.
La superficie de humedales afectados sería de
unas 10 mil hectáreas, la empresa nunca habría solicitado permiso oficial para
esa obra hidráulica, y sobre el terreno se está haciendo cultivo industrial con
uso de agrotóxicos, actividad prohibida en el departamento entrerriano de
Victoria, aseguran los ecologistas.
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