La proclamación del 22 de abril como Día Internacional de la
Madre Tierra supone el reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas nos
proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia. También
supone reconocer la responsabilidad que nos corresponde, como se expone en la
Declaración de Río de 1992, de promover la armonía con la naturaleza y la
Tierra a fin de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas,
sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.
Reconociendo que la Madre Tierra refleja la interdependencia
que existe entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que
todos habitamos, la Asamblea General declaró el 22 de abril como Día
Internacional de la Madre Tierra para destacar la necesidad de ayudar a mejorar
las vidas de los niños y los adultos que sufren del desorden para que puedan
llevar una vida plena y significativa.
Este año, el Día de la Madre Tierra se centrará
en las ciudades verdes, con el objetivo de movilizar a millones de personas
para lograr un medio ambiente saludable y sostenible. En la actualidad, más de
la mitad de la población mundial vive en las ciudades. A medida que la
población urbana crece y los efectos del cambio climático empeoran, nuestras
ciudades deben evolucionar.
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