La empresa Canteras Natal Crespo S.A. obtuvo autorización
para construir un barrio cerrado en La Calera dentro de una zona roja de la Ley
de Bosques, donde se encuentra prohibida toda intervención sobre el bosque
nativo. Este emprendimiento sería el mayor country de las Sierras Chicas, con
426 hectáreas.
La avidez de la especulación inmobiliaria es ahora
responsable de la destrucción de bosques nativos en zonas cercanas a la ciudad
de Córdoba. El desmonte avanza en la provincia por la desidia y la complicidad
de las autoridades provinciales y municipales. Este es el caso de Canteras
Crespo.
El barrio cerrado es comercializado como La Deseada Country
Vistas & Naturaleza y está emplazado en una zona que rodea la conocida
Laguna Azul de La Calera. Este emprendimiento cuenta con la autorización de la
Secretaría de Ambiente de la Provincia y de la Municipalidad de La Calera, a
pesar de estar ubicado mayoritariamente en área roja (categoría de máximo valor
de conservación según la ley provincial 9814/10).
El 8 de julio de este año se realizó una audiencia pública
en la sede de la Municipalidad de La Calera con el fin de obtener la “licencia
social”, último paso de la aprobación de este desarrollo inmobiliario. Este
paso, puramente formal ya que la audiencia no fue vinculante, permitió comenzar
con los trabajos de construcción de este barrio cerrado. Sin embargo, según el
expediente, varias irregularidades marcaron su aprobación. De parte de la
Municipalidad de La Calera, el proyecto fue aprobado por la ordenanza 094 del
año 2013, a pesar de encontrarse dentro de la Reserva Bamba, creada por la
misma Municipalidad en 2001.
Por parte de la Secretaría de Ambiente de Córdoba,
ni el dictamen técnico de la Secretaría ni la evaluación de impacto ambiental
aportada por la empresa mencionan en qué área de conservación del bosque nativo
se encontraría el emprendimiento. En la evaluación de impacto indican que “la
proximidad a la zona urbana y periurbana fomentó la desaparición del bosque
nativo, disponiéndose en la actualidad de un monte con distinto niveles de
densidad”, y además que “Potencialmente este suelo se perfila para cualquier
modalidad de urbanización”. En la misma línea, el informe habla de áreas de
bosque degradado por la actividad minera, que si bien existen en algunas partes
del predio, de todas formas corresponden a zonas de mediano valor de
conservación (amarillas), donde el cambio de uso de suelo se encuentra
restringido. Por otra parte, la publicidad en internet de este country asegura
que el 50% de su superficie se destinará a reservas naturales y espacios
verdes. El informe de impacto ambiental precisa que esta superficie es en
realidad del 12%. Como se puede apreciar en la misma página web del Country La
Deseada, en la imagen satelital (coordenadas 31°20’10.81’’S, 64°19’33.36’’W o
en Google Maps) y en las fotografías que acompañan este artículo, dentro de
este predio se encuentran claramente zonas de bosque nativo en buen estado de
conservación.
A pesar de las irregularidades
la construcción avanza
A la fecha, la empresa comenzó la construcción de una planta
de tratamiento de efluentes cloacales, la cual se encuentra clausurada por no
contar con las autorizaciones correspondientes. Pero ya se ha comenzado con los
trabajos de desmonte, poniendo en riesgo el patrimonio ambiental. El futuro
barrio cerrado incluye 1750 lotes residenciales, áreas comerciales y
recreativas, lo que incrementará la presión demográfica en la zona, el consumo
de agua y energía eléctrica. Este será el mayor barrio cerrado del Gran
Córdoba, continuación de los ya existentes asociados a la “ruta intercountries”
y su misma construcción pone en duda el futuro de los espacios naturales
alrededor de la ciudad de La Calera.
Las irregularidades que muestra su
aprobación se suman a recientes denuncias sobre los desmontes realizados en el
oeste de la provincia sobre zonas de máxima protección, autorizados por la
misma Secretaría de Ambiente provincial a cargo de Germán Pratto y que
motivaron un pedido de informe por parte de la Legisladora Laura Vilches en la
Legislatura cordobesa.
Las tormentas de febrero pasado en las Sierras
Chicas de Córdoba mostraron las terribles consecuencias que produce un
intensivo cambio del uso del suelo. A pesar de esto, los barrios cerrados para
ricos continúan avanzando, y muchos en zonas de máxima protección bajo la
responsabilidad de los directivos de la Secretaría de Ambiente y el Gobierno de
De La Sota, que favorecen a sus constructoras amigas.
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