viernes, 28 de julio de 2017



MURIÓ UN IMPRESCINDIBLE: Ricardo Barbieri (1946-2017)
            Pareciera que la muerte sobrevaluara la vida de las personas. En este caso la tarea desarrollada por su nobleza es lo que para mí define a Ricardo como un “imprescindible”, como dijera Silvio Rodríguez en una de sus canciones.
            Y esa tarea fue La lucha por la Naturaleza (me resisto a llamarla medio ambiente) es decir, La defensa del Planeta Tierra.
            Conocí a Ricardo -su segundo nombre era: Argentino- hace ya unos 30 años en la Fundación Pro Tigre, creada por otra gran ambientalista (también fallecida, en 2005) Carlota Sanchez Aizorbe.
            Desde entonces recorrimos caminos comunes por temas socio ambientales graves como la contaminación del río reconquista y sus arroyos afluentes. Y como consecuencia el impacto en la calidad de las aguas de dieciocho municipios bonaerenses, el Río Luján, el Delta y el Estuario del Río de la Plata.
            Ricardo acompañó denuncias, acciones judiciales y movidas, reclamando por los hechos y los incumplimientos de los organismos y funcionarios responsables de varios turnos políticos. Registró con su cámara y sus apuntes acciones directas que realizaban las organizaciones socioambientales ninguneadas en general por los funcionarios y los grandes medios.
            Con su cuerpo montado a veces en un ciclomotor, otras a pie y acompañado por su perro, relevaba el territorio fotografiando y denunciando basurales clandestinos a cielo abierto, arroyos, zanjones contaminados llenos de basura y volcamientos de industrias.
            También abordó un tema central en la región que a partir de los ’90 han causado graves inundaciones: el uso del suelo. Es decir el avance de un modelo de desarrollo urbano de alto impacto ambiental negativo; los barrios privados cerrados, sobre humedales y valles de inundación.
            Participó de varias Audiencias Públicas, la última de ellas que publicó en su Blog, fue la de Remeros Beach que también lo llevó a participar en un programa de televisión (CN23).
            Hicimos recorridos por el Río Reconquista y el Delta, haciendo varios videos que él mismo registraba y luego editaba. Por tiempos, Ricardo actuaba como un “Lobo Solitario” y cada tanto se contactaba con organizaciones ambientales y sociales.
            Su trabajo más importante –a mi juicio- en la soledad en que se sumía, es su Blog: “El Tigre Verde”. Visitado, leído y consultado por personas, organizaciones y hasta por los propios funcionarios de mucho más allá de su territorio Ricardo Rojas, o de Tigre su Municipio.
            Por esta vocación en la defensa de lo trascendente, la Naturaleza, que nadie le enseñó, que nadie lo obligó, que no fue un hombre rentado y que le trajo no pocos sinsabores y gastos , es que digo que es “Uno de los Imprescindibles”. Porque nadie puede sustituirlo, porque nadie irá con su cámara a registrar, denunciar y publicar lo que veía como lo hacía él.
            Pero igual que con la muerte de otros ambientalistas que me ha tocado conocer, más que en el desgarro que produce inevitablemente la partida, pienso en la alegría y la suerte de que estas personas hayan existido.
            Siempre se dice que este tipo de personas seguirán después de la muerte “entre nosotros”. En este caso creo que Ricardo podrá hacer de este lugar común una realidad. Y esto se constituye en una propuesta para la supervivencia del Blog El Tigre Verde. No entiendo nada de blogs, webs, internet y de cómo se administra. Pero si un pequeño grupo de personas pudiera operar el blog, si consiguiéramos la voluntad de sus familiares, que las organizaciones ambientales, sociales y personas que quisieran publicar fotos, textos, testimonios, enviaran estos insumos a esta publicación digital que ya tiene una gran instalación, se haría realidad que esa parte de Ricardo sobreviviera.
Sería el mejor homenaje a Ricardo.
Quienes piensen que pueden ser operadores y aportantes de información, háganmelo saber.
Mi abrazo enorme para su compañera ….. y sus hijos……
Hasta siempre Ricardo,
                                                                                             Martín Nunziata