Avanza la destrucción de los últimos humedales en el norte de Tigre
En el mes de marzo, Nordelta (Consultatio S.A.) comenzó la tercera etapa del emprendimiento “El Yacht”, en un campo de unas 40 hectáreas en la entrada de Villa La Ñata. La obra es visible desde la calle Viamonte, cerca de la rotonda de la ruta 27 y de las oficinas de EIDICO. Esta última empresa, por su parte, es responsable del proyecto de barrio privado “Santa Ana”, en el campo de La Bellaca, territorio sagrado indígena debido a la existencia de tres sitios arqueológicos milenarios.
Con respecto a Santa Ana, vale decir que fue clausurado por el Municipio en marzo de 2016, pero sólo para “emprolijar” los papeles. Una parte del proyecto, correspondiente a “Casas de Santa Ana” (supuestamente un barrio abierto pero con el mismo impacto ambiental que uno cerrado), retomó la obra hace unos meses y es inminente que comiencen los trabajos en el resto de La Bellaca.
¿LA JUSTICIA NO HABÍA PROHIBIDO AUTORIZAR NUEVOS EMPRENDIMIENTOS?
Sí. En julio de 2016, la Justicia Federal de San Isidro prohibió autorizar nuevos emprendimientos de barrios privados o ampliaciones de los ya existentes, una medida que generó ilusión y expectativas a las organizaciones de la Cuenca del Río Luján que reclamamos un freno definitivo al modelo de destrucción de humedales por parte de las empresas inmobiliarias.
Sin embargo, el lobby inmobiliario logró contrarrestar esta medida con apelaciones que llevaron el expediente a la Justicia Provincial y limitando las suspensiones.
Además, desde el gobierno de la provincia se han tomado algunas medidas para favorecer la continuidad del modelo urbanístico neoliberal de los barrios privados. Una de ellas fue la modificación de una resolución del OPDS con la cual le devolvieron a los municipios la facultad para aprobar los estudios de impacto ambiental.
Al igual que el gobierno provincial, el Municipio de Tigre respalda y promueve el crecimiento de barrios privados en el distrito, sin importante los múltiples perjuicios que ocasiona al conjunto de la población: aumento de las inundaciones, encarecimiento del valor de la tierra, pérdida de accesos públicos, cierre de calles, caminos, costas, destrucción de cementerios indígenas y del patrimonio natural y cultural.
Las fotos corresponden a la obras de la tercera etapa del barrio privado “El Yacht” de Nordelta. Vale señalar que a pocos metros se encontraba el cementerio indígena identificado como “sitio arqueológico Arroyo Sarandí”, el cual fue destruido a fines de los ’90 durante los inicios del famoso complejo de countries.