La Municipalidad de Tigre, decidió implementar una serie de medidas, a fin de contrarrestar, la contaminación con arsénico que sufre el agua de once canillas comunitarias, que junto con otras quince, proveen de este vital elemento, a los 25.000 habitantes del barrio Las Tunas, General Pacheco, Tigre.
A partir de una reunión celebrada el 18 de enero pasado en la Municipalidad de Tigre, a instancias del Lic. Nicolás Scioli, Coordinador ejecutivo para el desarrollo Sostenible, Planificación Económica Ambiental y Desarrollo de Energías alternativas, del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible, en la cual quien suscribe, tuvo oportunidad de exponer el diagnóstico de la situación ambiental y sanitaria del barrio Las Tunas, a través de la Secretaría de Inversión Pública, Urbanismo y Gestión Ambiental de la Municipalidad de Tigre, se decidió iniciar oficialmente las gestiones necesarias para solucionar la emergencia creada por la contaminación con arsénico, del agua de consumo que proveen once canillas comunitarias en la zona en cuestión. El municipio decidió en principio, implementar la instalación de filtros en las once canillas ya mencionadas. En la actualidad, se lleva adelante un operativo piloto de control para determinar a ciencia cierta, la eficacia de estos filtros, para contrarrestar los altos tenores de arsénico que presenta en la zona, el agua del acuífero Puelche.
Para ello, se instaló oportunamente en una bajada domiciliaria del tanque que abastece la canilla comunitaria ubicada en Alsina 332, en donde funciona el merendero El Maná, en el barrio Las Tunas, un filtro cuyo funcionamiento esta siendo controlado.
Para ello, se instaló oportunamente en una bajada domiciliaria del tanque que abastece la canilla comunitaria ubicada en Alsina 332, en donde funciona el merendero El Maná, en el barrio Las Tunas, un filtro cuyo funcionamiento esta siendo controlado.
En principio, de los primeros análisis practicados por el municipio, surge como instancia alentadora, la comprobación de que el filtro en cuestión, retiene suficientemente el arsénico, produciendo así agua apta para el consumo humano, sean cual fueren los umbrales con que comparemos las cantidades en disolución. Efectivamente, de los primeros análisis practicados por el municipio sobre el agua cruda y filtrada que produce el pozo de la calle Alsina 332, surgió que el agua de la canilla comunitaria presentaba una concentración de arsénico de 80µg/l, siendo el umbral máximo que fija el Código Alimentario Argentino de 10µg/l. El agua del mismo pozo y el mismo tanque, tratada con el filtro, arrojo una concentración de arsénico de 2µg/l.
En función de esta y otras comprobaciones técnicas, se iniciaron las gestiones para la compra e instalación de los filtros. Los mismos deberán ser cambiados cada quince días y su instalación y mantenimiento demandará al municipio, un costo de 25.000$ mensuales.
Por otra parte, con la instalación de los filtros, se podrá evitar en el futuro el uso de clorinadores, aparatos estos que se colocan para dosificar el cloro que se le pone al agua de las piletas. Quedó comprobado que los clorinadores, por falta de mantenimiento no funcionaban, o lo que es mas grave, funcionaban deficientemente, lo cual generaba una amenaza sanitaria mas peligrosa aún, que la aportada por el arsénico.
Por otra parte, con la instalación de los filtros, se podrá evitar en el futuro el uso de clorinadores, aparatos estos que se colocan para dosificar el cloro que se le pone al agua de las piletas. Quedó comprobado que los clorinadores, por falta de mantenimiento no funcionaban, o lo que es mas grave, funcionaban deficientemente, lo cual generaba una amenaza sanitaria mas peligrosa aún, que la aportada por el arsénico.
Concurrentemente con lo comentado hasta aquí, según me informó el Sr. Antonio Grandoni, Secretario de inversión Pública, Urbanismo y Gestión Ambiental de la municipalidad de Tigre, el municipio firmó un convenio con la empresa AySA, por el cual se acordó perforar un pozo y construir una “mini-planta de tratamiento de agua” en el barrio Las Tunas, la cual abastecerá un nuevo trazado de canillas comunitarias, que se instalaran estratégicamente, a fin de facilitar las tareas de acarreo y proveer de agua segura a instituciones educativas públicas y privadas de la zona. Esta obra se espera tenerla lista y funcionando en un lapso de seis (6) meses. La solución definitiva, a la emergencia ambiental y sanitaria que sufre el barrio por falta de agua potable, llegará con la instalación de la red de distribución domiciliaria, obra esta que se estima, estará concluida en un lapso de 14–16 meses.
Ricardo A. Barbieri