Científicos del Centro de Ciencias Pesqueras de Alaska,
dependiente de la División de Pesca de la Administración Nacional Oceánica y
Atmosférica (NOAA), han detectado cambios en la cadena alimentaria marina
subártica, que vinculan con la presencia de menos hielo en las aguas de Alaska.
Para llevar a cabo los estudios que condujeron a este
descubrimiento, los científicos de la NOAA trabajaron en colaboración con la
Universidad de Alaska Fairbanks, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre, el
Ministerio de Caza y Pesca de Alaska, la Oficina de Gestión de Océanos y
Energía, Arctic Yukon Kuskokwim Sustainable Salmon Initiative, el Laboratorio
de Ambiente Marino del Pacífico, y la Junta de Investigación del Pacífico
Norte.
Después de realizar estudios entre los años 2004 y 2008 en
la población de peces de fondo, los investigadores observaron una disminución
de la abundancia de ejemplares adultos de abadejo o colín de Alaska. Esta
información fue preocupante para los administradores pesqueros, ya que podía
afectar negativamente a la pesquería comercial de abadejo de Alaska, que mueve
unos USD 500 millones al año.
Afortunadamente, después de 2008 hubo un repunte en la
abundancia de abadejo de tres años de edad, pero los científicos de la NOAA
tenían curiosidad por saber qué era lo que había causado la declinación
temporal del stock. Sospechaban que podía estar vinculada con los cambios en la
capa de hielo que cubre al mar.
Según estudios científicos consultados por FIS.com, al
disponer sólo del plancton de organismos pequeños menos nutritivos para
alimentarse, los abadejos jóvenes almacenaban menos grasa, lo que hizo que su
capacidad para sobrevivir durante el invierno fuera menor en esos años más
templados.
Por otro lado, los investigadores explican que cuando hay un
retroceso tardío del hielo, como sucedió durante el periodo 2007-2012, el
plancton más nutritivo compuesto por organismos más grandes se torna más
abundante y proporciona a los peces jóvenes una mejor fuente de grasa para
alimentarse. Así, los abadejos pudieron desarrollarse más y estar en mejores
condiciones de sobrevivir durante el invierno.
Otros estudios llevados a cabo por científicos de la NOAA
revelaron que había muchos más bacalaos árticos que bacalaos azafrán en el
Ártico, lo que los llevó a pensar que el bacalao azafrán puede ser más
resistente al calentamiento de las agua del océano que el bacalao ártico.
Los investigadores que participan en estos estudios planean
analizar más adelante cómo los cambios en el hielo y la temperatura del agua
marina afectan el hábitat de bacalao ártico en lugares como el mar de Chukchi,
donde las temperaturas superficiales del mar están aumentando a un ritmo de 0,5
°C por década.
Los científicos temen que si las aguas se calientan
demasiado, el bacalao ártico pueda abandonar sus hábitats tradicionales o
experimentar un declive, y que si los peces que los reemplacen no son tan
nutritivos, esto tenga un impacto adicional sobre los depredadores como las
focas y los osos polares que se dependen de estos peces para crear sus propias
reservas de grasa.
"Nuestro trabajo de investigación a largo
plazo es muy valioso porque hemos visto cómo el ecosistema responde tanto en
años templados como fríos. Como resultado, estamos en una mejor posición para
identificar las cosas que podrían estar ocurriendo debido al cambio climático
", dijo el biólogo Ed Farley, investigador del Centro de Ciencias
Pesqueras de Alaska. (Fis.com)
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