En el Delta de Tigre las obras de megaemprendimientos no
están frenadas. Avanzan con la impunidad empresarial y la complicidad
municipal.
Saliendo del río Tigre, cruzando el Luján y entrando en el
A° Gambado, justo en una curva que supo ser muy arbolada y daba la bienvenida a
quién entrara en los ríos del Delta, está el Arroyo “Cruz del Gambado”. Más
conocido como “Leber” apellido de su propietario. En esa hermosa confluencia
con el Arroyo Gambado, a unos 10 minutos de Tigre continente, se lleva adelante
un emprendimiento al estilo Colony Park.
Detrás de esa arboleda, en los últimos años, los vecinos,
biólogos y naturalistas han avistado en el área la presencia de gran
biodiversidad representada en más de 100 especies de aves deltaicas, lobitos de
río, tortugas, cuises, nutrias... Todas especies de difícil observación en
ámbitos tan cercanos al continente. Era un área de visita de muchos kayakistas
y amantes del delta.
En Febrero de 2016, desembarcan allí dos máquinas retroexcavadoras
que inician su trabajo rellenando la isla y los pajones del centro, tumbando
especies de árboles, desalojando aves y al bichaje isleño. La Chata IMPACTO,
con su pala mecánica abre un canal artificial clandestino. El desastre
ambiental avanzó impunemente.
Los vecinos denuncian el emprendimiento clandestino, el 17
de febrero inspectores de la Municipalidad de Tigre desde la unidad ejecutora
del “Plan de manejo del delta”, a cargo de Leticia Villalba CLAUSURAN LA OBRA e
informan a vecinos que la única autorización que tienen de obra en la “Quinta
Leber” es de DESMONTE SIN MÁQUINAS.
El 18 de Febrero de 2016, se viola la faja de clausura y
comienzan los trabajos de las dos retroexcavadoras. Hoy solo queda una cortina
de árboles que esconden el desastre ambiental que han decido hacer los pequeños
emprendedores con aspiraciones a grandes proyectos rentables. Los socios del
proyecto son German Leber y Martin Rivas, diseñador de la web turística
“Welcome Tigre”: http://welcometigre.com
Este pequeño emprendimiento además de desmontar el área,
rellenar el centro de isla y destruir el hábitat de infinidad de especies, no
ha realizado los trámites legales acorde a su envergadura. Por ley (N° 11.723),
en aquellos emprendimientos que realicen movimientos de suelos, canalizaciones
y desmontes deben presentar el proyecto al OPDS (Organismo Provincial de
Desarrollo Sustentable) con su debido Informe de Impacto ambiental. Para ser aprobado
tienen que realizar una audiencia pública donde participe la comunidad, luego
ser revisado por los organismos competentes, mientras hacer trámites en otras
dependencias provinciales. Nada de esto se realizó. Razón que hizo que la obra
sea clausurada por la municipalidad. Pero allí siguen las máquinas trabajando.
Desde entonces los vecinos venimos denunciando a la
municipalidad que las obras avanzan pese a la clausura. Leticia Villalba nos
respondió en marzo por mail y por teléfono que la obra estaba clausurada. En la
primera semana de julio tuvimos audiencia con ella y representantes de otras
organizaciones sociales donde nuevamente aseguró que estaba clausurada. Ante
nuestras pruebas de que el emprendimiento avanzaba, nos contestó que eso ya
está tramitado en la Secretaría de Obras Particulares y que debían clausurarla
una cierta cantidad de veces para luego poder iniciar una causa legal por
romper la faja de clausura. La secretaria aseguró que la municipalidad no
cuenta con instrumentos legales para ejercer su poder de policía frente a estos
hechos.
Sin embargo, los daños a los bienes de dominio público son
argumento suficiente para iniciar causas legales y para la intervención
municipal, que ahora, a partir del Fallo de la jueza Arroyo Salgado cuenta con
la legitimidad legal para intervenir directamente.
Lo cierto es que esta “incapacidad” municipal es cómplice
del desastre ya que mientras van y vienen los papeles de la clausura las obras
van avanzando. Esto sucedió con Colony Park y con todos los barrios cerrados.
La flexibilidad municipal y la política de hechos consumados de los megaemprendedores,
van de la mano. Y si no hay dinero dando vueltas, hay un consenso en que el
modelo de desarrollo es el del capital inmobiliario financiero, que depreda y
desplaza a las poblaciones locales. Modelo de desarrollo inmobiliario que
destruye el humedal y despoja a la comunidad isleña. Al destruir el humedal se
destruye el modo de vida isleña.
Este no es el único emprendimiento en el Delta. A metros en
el Canal Buenos Aires, en enero y febrero se desmontaron, canalizaron y
rellenaron varias hectáreas con el objetivo de ser loteadas. En el A° Toro se
vende en Facebook un loteo “Puertos del Toro” donde han canalizado y rellenado
los lotes vendiéndose con la estética de un barrio cerrado. Todos han sido
denunciados y L. Villalba asegura que
todos están clausurados, pero las obras siguen y siguen…
En el marco de la causa penal contra todos los barrios
cerrados de la Cuenca del Luján, la jueza Arroyo Salgado ha resuelto que la
Municipalidad de Tigre sigue aprobando proyectos sin las condiciones debidas y
ya no puede seguir haciéndolo, instando al municipio a que cumpla sus deberes
de funcionarios públicos en efectivizar las clausuras. Qué esperan?
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